lunes, 7 de octubre de 2013

Empatia y una historia de amor que lo refleje.




Empatía






Esta palabra deriva del término griego empátheia, recibe también el nombre de inteligencia interpersonal (término acuñado por Howard Gardner) y se refiere a la habilidad cognitiva de una persona para comprender el universo emocional de otra.
Antes de continuar será necesario separar dos conceptos que a veces se confunden, empatía y simpatía. Mientras el primero hace referencia a una capacidad, el segundo se refiere a un proceso absolutamente emocional que posibilita que percibamos los estados de ánimo del otro, pero no exige que los comprendamos.


La Inteligencia emocional es el sistema en el que se engloban todas las habilidades relacionadas con la comunicación entre el individuo y los sentimientos (ya sean propios o ajenos). Está compuesta por cinco destrezas: autoconciencia (comprender el origen de los sentimientos), control emocional (aprender a canalizar positivamente las emociones), motivación (encontrar razones para la superación y tener la capacidad de motivar a otros), manejo de las relaciones (relacionarse sanamente, respetando a los otros y haciéndose respetar). La empatía, es la quinta habilidad, y es la que nos permite percibir los sentimientos de los otros y hacer que se sientan menos solos. No es un don, todos podemos desarrollarla si lo deseamos, basta con abrir la mente e intentar captar la vida del otro desde su perspectiva y no desde nuestros ojos.
Para que la empatía exista es necesario que se dejen a un costado los juicios morales y los fenómenos de raíz afectiva (simpatíaantipatía); de tal modo que se pueda tener una actitud comprensiva pero no de compasión frente a la circunstancia del otro. Consiste en el esfuerzo de carácter objetivo y racional para llevar a cabo proceso de comprensión intelectual que permita comprender los sentimientos del otro. Por estas razones, es una de las herramientas que aprovechan los psicólogos en su tarea profesional para acercarse a sus pacientes.
En otras palabras, la empatía permite hacer referencia a la capacidad intelectiva de todo ser humano para vivenciar la forma en que otro individuo siente. Esta capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus acciones o de su manera de decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos, actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
Resulta interesante resaltar que el desarrollo de la empatía exige un cierto nivel de inteligencia: por eso, quienes son diagnosticados con síndrome de Aspergerautismo o padecen algunas psicopatías carecen de esta habilidad cognitiva. Las personas con empatía, destacan los expertos, tienen la capacidad de oír a los demás y de comprender tanto sus problemas como cada una de sus acciones.
Desarrollar la empatía
Cuando una persona se siente sumamente angustiada y al ver a otra su estado de ánimo cambia rotundamente por el sólo hecho de estar con ella, experimenta la sensación de empatía. Para ello no es necesario que ambas personas vivan las mismas experiencias, sino que una de ellas tenga la capacidad de captar los mensajes no verbales, y también los verbales, que el otro transmite y de hacer exactamente lo que el otro necesita para sentirse comprendido de una forma única.
Un problema común que se presenta cuando dos personas intentan comunicarse, es que cuando una de ellas debe expresar sus sentimientos se retrae, evita el tema o simplemente intenta hacer un chiste que derive la conversación a un espacio donde pueda sentirse segura. Esto ocurre porque esa persona experimenta lapresencia de ciertas barreras que se interponen entre ella, los sentimientos, y la otra persona.
Los elementos externos que influyen para que una persona no pueda expresarse, además de sus barreras internas, tienen que ver con la reacción que espera que el otro pueda tener. Para conseguir una buena relación empática es fundamental que al encontrarnos frente a una persona que nos expresa sus sentimientos evitemos las siguientes actitudes:
*Restarle importancia a aquello que lastima o preocupa a esa persona, buscando el modo de ridiculizar los sentimientos que tiene y de imponer razones para no sentir de esa forma;
*Predisponerse a la conversación con prejuicios, analizando lo que el otro manifiesta en base a nuestras ideas, acercándonos a él con un velo de creencias e ideas;
*Utilizar frases como “así no vas a lograr nada”, “¿por qué siempre terminás haciendo lo mismo?”, “etc”;
*Tener sentimientos de compasión para con el otro;
*Mostrarse como un ejemplo positivo, comparando la situación del otro con una experimentada por nosotros con anterioridad;
*Otras actitudes semejantes.
Con esta forma de actuar lo único que se consigue es que la persona afligida se aleje, que se esconda en su cascarón y que se plantee la posibilidad de no volver a tocar ese tema con ese individuo. Para que entre ambos se desarrolle una relación de empatía es necesario que el interlocutor se olvide de sí mismo y de sus principios e intente acercarse al mundo del otro, como si intentara aprender un idioma desconocido.
Antes de terminar, querríamos aclarar la verdadera importancia que tiene en un individuo el poder hablar acerca de sus sentimientos, una herramienta imprescindible para vivir en sociedad. Aprender a poner en palabras lo que se siente es algo que debe aprenderse en lainfancia y es fundamental para conseguir una buena comunicación emocional. Son los padres los que deben ayudar a sus hijos pequeños a descubrir y entender sus propios sentimientos y los de los demás. Aquellos que no puedan expresar cómo se sienten, difícilmente puedan desarrollar una verdadera empatía con alguien de su entorno, porque no podrán captar el mundo desde un punto de vista sensitivo.




Tipos de asertividad y ejemplo de ellos:  

ASERTIVIDAD POSITIVA 

“Me gustó mucho lo que me dijiste el otro día” 
RESPUESTA ASERTIVA ELEMENTAL 

“No me grites, por favor, observa que yo no lo estoy haciendo...” 
RESPUESTA ASERTIVA EMPÁTICA 

“Entiendo tus razones pero...” 

RESPUESTA ASERTIVA ESCALONADA 
 “Por favor, no me interrumpas...” 
 “¿Puedes no interrumpirme, por favor, ya te lo he dicho antes?” 
“Te pedí hace rato que no me interrumpieras y no me has 
respetado” 

RESPUESTA ASERTIVA SUBJETIVA 
“Cuando tú dices.......... yo me siento...............Por eso preferiría que tú.................” 

 RESPUESTA ASERTIVA ANTE LA AGRESIVIDAD 

Oye, creo que así no vamos a ninguna parte, ¿por qué no nos sentamos y 
hablamos más despacio...? 

Si me gritas te entiendo peor todavía... 

Como no me dices nada en concreto, no sé a qué atenerme. 

Si usas ese tono de voz, no tendré otro remedio que dejarte con la 
palabra en la boca y marcharme de aquí. 2

Técnicas asertivas 

DISCO ROTO: repetir el mismo argumento sin entrar en discusiones ni 
provocaciones. 

BANCO DE NIEBLA: dar un margen de posibilidad a sus razones para ganar 
tiempo pero reservándonos la última decisión para un momento en que está más 
seren@. 

“Sí, es posible que tengas razón,” 

APLAZAMIENTO ASERTIVO: para personas indecisas, combinamos la 
anterior y aplazamos la decisión: 

”Sí, es posible que tengas razón, déjame pensarlo...” 

PROCESAR EL CAMBIO: desplazamos el foco de la discusión hacia el 
análisis de lo que está ocurriendo entre los dos, tratamos de mirarnos “desde 
fuera”: 

“Mira, creo que nos estamos saliendo del tema, fíjate como reaccionamos, 
estamos sacando trapos sucios que no guardan relación con el tema porque, si 
lo miras bien, tampoco es para tanto, no te parece?”. 

IGNORAR: sólo cuando estamos seguros de que el otro no tienen ninguna 
intención de reconocer nada y tememos que todo acabe en palabras más fuertes. 

 ACUERDO: separa la actitud de la persona, el “hacer” del “ser”: 

“Mira tienes razón en que hoy no he sido puntual, aunque me reconocerás que 
normalmente suelo serlo, ¿eh?” 

PREGUNTAS ASERTIVAS: responden al viejo dicho de “convertir al 
enemigo en aliado”, consiste en pensar en la buena intención del otro y dirigirle 
una pregunta que le confirme nuestra certeza de su buena voluntad: 

“Oye, quiero saber qué es exactamente lo que te irrita de mi 
conducta, cómo crees que podemos solucionar este problema” 

REDUCCIÓN DE LA ANSIEDAD: control de la tensión, respiración, etc. 

“HUELGA”: Decido no cumplir alguna de las funciones de mi papel familiar 
hasta que no se me reconozca. 

“RATOS PARA MÍ MISMO”: en cada momento de tensión agresiva busco un 
rato de descanso antes de tomar una decisión: “En tiempo de desolación mayor 

paciencia / no hacer mudanza“ (Ignacio de Loyola)



Historia de amor que lo refleja:

David Stevens celebró la boda de su hermano en marzo de este año. Fue un día lleno de felicidad para él, al poder contemplar cómo un ser querido se unía por fin con el hombre de su vida. Pero la reacción de algunos ante un matrimonio entre personas del mismo sexo no fue de felicidad, sino de rechazo. David fue capaz de ponerse en el lugar de quienes son objeto del fanatismo y reflexionar sobre el dolor, el rechazo y el aislamiento que a diario sufren las personas LGTB.

David cree que su hermano es “brillante, divertido y amable”. El día que salió del armario con él lo considera como uno de los más importantes de su vida, y la confianza que eso suponía como uno de los mayores regalos que le han podido ofrecer. David quiso a su futuro cuñado en cuanto se lo presentaron, porque su hermano le había elegido y para él eso era suficiente. Pero además, después de conocerle más profundamente, también cree que es “brillante, divertido y amable”. Un hombre que ha estado al lado de su hermano firmemente en los momentos difíciles, como cuando se enfrentó a un cáncer potencialmente mortal que le costó la visión del ojo izquierdo.

La boda “fue una ceremonia maravillosa, en la que tuve el honor de estar junto a mi hermano, apoyándole en sus votos. Mis ojos se llenaron de lágrimas, como siempre lo hacen en las bodas. Tuve la dicha de ver a dos personas comprometiéndose a compartir su vida juntos. Mi corazón se llenó de gozo”

Y David, como tantos otros, compartió en su cuenta de Facebook las fotografías de esa boda maravillosa que otros iban subiendo. Lo que no esperaba era la respuesta de unos de sus amigos de la red social:

Hola, David, te voy a quitar de mi lista de amigos… ¡Lo siento, pero tu último mensaje ha sobrepasado los límites! ¿Los homosexuales se unen en ‘santo’ matrimonio?…  ¡no lo creo! La Biblia habla en contra de la homosexualidad y deja muy claro que la santidad del matrimonio es entre un hombre y una mujer. Que los homosexuales se unan en santo matrimonio no es más que una bofetada para los que han elegido creer en la Palabra de Dios. Solo te estoy quitando como amigo para no tener que volver a leer tus cosas en contra de Dios… ¡no es nada personal! “.

El remitente era un predicador baptista que David conocía desde hacía años, al que respetaba por su dedicación a la familia y con quien debatía de vez en cuando sobre asuntos morales. La respuesta le sorprendió y le dolió. David le hizo llegar su desacuerdo y su decepción, aunque finalmente se alegró de no tener que soportar en el futuro su fanatismo.

Pero la respuesta también le sirvió de reflexión. ¿Y si en vez de la boda de su hermano hubiera sido la suya? ¿Y si en vez de un conocido más o menos lejano, hubiera sido alguien más próximo, incluso un familiar querido? La historia y la emocionada reflexión nos la contaba en su blog:

“¿A cuántos millones de chicos homosexuales (y de adultos) les ha ocurrido exactamente lo mismo? ¿A cuántos millones más en el futuro? Lo siento. Lo siento por todo ese dolor. Lo siento por todo ese rechazo. Lo siento por todo ese aislamiento.
Soy heterosexual. Tan heterosexual como se puede ser. Y estoy de tu lado. Si pudiera cargar con ese dolor por ti, lo haría.
Te quiero. Si eres gay, me parece maravilloso, y me alegro por ti sinceramente. Te deseo todo el amor y la felicidad posibles en este mundo.
Si eres heterosexual, me parece maravilloso, y me alegro por ti sinceramente. Te deseo todo el amor y la felicidad posibles en este mundo. Pero te exhorto a imaginar que lo descrito anteriormente ocurre contigo siendo el objeto de rechazo. Imagínate que las personas más cercanas a ti te dicen, en esencia, ‘eres fundamentalmente defectuoso y no quiero tener nada que ver contigo’. Nuestros hermanos y hermanas LGBTQ se enfrentan a eso todos los días. Por favor, no lo olvides nunca.
Esa pobre alma equivocada ya no está en mi vida. Y eso está bien. Mi hermano y su marido todavía siguen aquí. Salí con mi hermano hace unas semanas, y fue genial. Es brillante, es divertido y es amable. No podría estar más orgulloso de poder llamarle hermano. Le quiero, y el amor gana. Y punto”.

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